sábado, 16 de junio de 2012

1968: El año de los lanzadores


Con el juego perfecto lanzado el pasado miércoles por Matt Cain de los Gigantes de San Francisco, ya sumamos cinco partidos sin hits ni carreras en lo que va de temporada.
En otras ocasiones, hombres como Justin Verlander, R.A.
Dickey y el propio Cain han quedado muy cerca de unirse al club. La marca de siete no hitters en una temporada, establecida en 1990 e igualada al año siguiente, está en peligro.
Es una demostración más de que el pitcheo ha estado sacando la mejor parte de en este 2012, tal como ha ocurrido a partir del momento en que se arreciaron las pruebas para controlar el uso de sustancias para mejorar el rendimiento en el béisbol.
Estamos en una “Epoca de Oro” para los lanzadores, lo que nos hizo recordar los acontecimientos de 1968, cuando el dominio del pitcheo fue tal que terminó provocando cambios permanentes en el deporte. Recordemos algunas de las notas destacadas de esa temporada.
• Bob Gibson estableció el récord moderno de PCL con un “ridículo” 1.12, lanzando 13 blanqueadas. En el primer partido de la Serie Mundial, Gibson ponchó 17 bateadores de los Tigres de Detroit para establecer otra marca aún vigente. Durante un trecho de la serie regular, el derecho sepia de los Cardenales de St.
Louis permitió dos carreras en 99 entradas.
• Dennis McLain de los Tigres de Detroit obtuvo 31 victorias, el único lanzador que ha alcanzado tal cantidad desde Dizzy Dean en 1934, un período de 76 años. Además encabezó las Grandes Ligas con 336 entradas lanzadas y lanzó 28 juegos completos.
Con la creación de la rotación de cinco abridores y la precaución con que se manejan los lanzadores en la época actual, es posible que McLain sea el último miembro de ese exclusivo club de 30 o más juegos ganados.
• Para dejar demostrado el dominio del pitcheo, tanto Gibson como McLain se llevaron el premio de Jugador Más Valioso de sus respectivas ligas APARTE del premio Cy Young. Es la única ocasión en la historia en que se ha dado esa condición.
• Luis Tiant, derecho de los Indios de Cleveland, tuvo la mejor efectividad de la Liga Americana (1.60) y limitó a la oposición a un promedio de .168. Al permitir 5.3 hits por cada 9 entradas lanzadas, el cubano consiguió la segunda mejor proporción en la historia.
• McLain tuvo un extraordinario promedio de carreras limpias de 1.96 y fue el CUARTO mejor en la Liga, detrás de Tiant, Sam McDowell (1.81) y Dave McNally (1.95) • Don Drysdale, derecho de los Dodgers de Los Angeles, estableció un récord de Grandes Ligas al lanzar seis blanqueadas consecutivas y mantener a la oposición sin carreras durantes 58.2 entradas.
Esta última marca fue quebrada por Orel Hershiser en 1988.
• El dominicano Juan Marichal, en el tope de sus habilidades, encabezó el viejo circuito con 26 victorias y 30 juegos completos Sólo la histórica actuación de Gibson lo privó del Premio Cy Young. En 1968, Marichal tuvo una proporción de casi cinco ponches por cada transferencia concedida durante su actuación de 328 entradas lanzadas.
• El derecho de los Gigantes de San Francisco Gaylord Perry lanzó un partido sin hits ni carreras contra los Cardenales. Al día siguiente, el lanzador de los Cardenales Ray Washburn devolvió el favor a los Gigantes. Es la única vez en la historia donde se han tirado no-hitters sucesivos en la misma serie.
• En total, 17 lanzadores tuvieron promedios de carreras limpias por debajo de 2.50.
• Durante la serie regular se produjeron un total de 897 juegos completos. Para poner esa cifra en perspectiva, imagínense que se han tirado 738 en las últimas CINCO temporadas.
• La ofensiva fue anémica: Carl Yastrzemski de los Medias Rojas de Boston tuvo el promedio más bajo en la historia para un líder de promedio (.301). El average de los 20 equipos fue de .237, mientras que el PCL fue de 2.98. Impresionante.
• El promedio colectivo de la Liga Americana (.231) es el peor en toda la historia, mientras que el slugging colectivo del mismo circuito (.340) ha sido el más bajo de la era de la pelota viva.
• El 21 % de los juegos celebrados se decidieron con una blanqueada, un número extraordinariamente alto. El promedio de carreras anotadas por juego (6.84) es el segundo peor en la historia. El récord de 6.77 se estableció en 1908, durante la cúspide de la era de la llamada pelota muerta.
Luego de la temporada, el Comité de Reglas buscó el balance, reduciendo la zona de strike y (lo más importante) disminuyendo la altura de la lomita de lanzar de 15 a 10 pulgadas. Esta fue una ventaja que la mayoría de los lanzadores comenzó a extrañar a partir de 1969.
Hasta el sol de hoy, no hemos vuelto a ser testigos de una temporada parecida para los lanzadores.
Hablando sobre su actuación, Bob Gibson llegó a declarar: “Nunca he podido entender cómo perdí nueve juegos ese año. Mi récord debió ser de 30-1”. 

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