sábado, 21 de julio de 2012

El dilema de los 100 millones a un lanzador


 medio de fuertes rumores de cambio, los Filis de Filadelfia han iniciado serias conversaciones de extensión de contrato con su estelar lanzador Cole Hamels. Los parámetros de un posible nuevo acuerdo inician a partir de 112 millones por cinco años, y el último informe habla de una oferta de 130 millones por seis temporadas.
Como siempre, cuando se habla de contratos de tal magnitud, y en especial a un lanzador, es inevitable pensar en los posibles -y enormes- riesgos que un acuerdo semejante representa para la organización que lo otorga. El desgaste natural de los pitchers impide establecer una proyección tan segura como la de un jugador de posición de lo que pudiera ser la curva esperada de desempeño del lanzador en cuestión, eso sin siquiera mencionar que en la generalidad de los casos, los agentes libres nunca alcanzan niveles de desempeño tan altos, en promedio, como los de los dos o tres años antes de ser agentes libres.
Sin que nos lo haya pedido Rubén Amaro, Jr., y solo para el consumo de ustedes y nosotros, podemos hacer nuestro propio análisis de qué tan exitosos han sido los contratos de cien millones de dólares o más a un lanzador.  En total se han firmado ocho acuerdos con lanzadores de más de cien millones de dólares, y dentro de ese grupo se repite dos veces el contrato de CC Sabathia, que para fines oficiales son dos contratos diferentes, pero en realidad el segundo es una renegociación del primero agregando un par de años extras.  Otro de esos contratos es el de Matt Cain, el cual no vamos a incluir en el análisis, porque apenas y fue firmado este año. Lo que haremos es, para tratar de aumentar un poquito la muestra, es anexar el contrato de 91.5 millones por 5 años de Carlos Zambrano con los Cachorros de Chicago.
La lista de lanzadores es como sigue: Kevin Brown 105 millones, 7 años, en 1999, a los 34 años de edad.  Mike Hampton 121 MM, 2001, 8 años, 28 de edad.  Barry Zito 126 MM, 2007, 7 años, 29 de edad.  Johan Santana 137.5 MM, 2008, 6 años, 29 de edad.  Carlos Zambrano 91.5 MM, 2008, 5 años, 27 de edad.  CC Sabathia, 161 MM, 2009, 7 años, 28 de edad y  Cliff Lee, 120 MM, 2011, 5 años, 32 de edad.  
En las dos temporadas previas a la firma del gran contrato, este grupo de lanzadores tuvo un promedio de 5.6 y 5.4 Victorias sobre un lanzador nivel reemplazo (WAR) producidas, respectivamente, o sea, niveles de desempeño de super-estrellas. Lógicamente, ese nivel tan alto les valió conseguir los grandes contratos en un principio. De igual forma, el promedio de entradas lanzadas y carreras limpias del grupo fue de 232, 228, 3.15 y 3.19 respectivamente. El primer año de contrato, las WAR promedio del grupo se redujeron a 4.6, aún en un nivel de estrella, pero ciertamente un descenso en comparación con las dos previas, y las entradas lanzadas y PCL a 219 y 3.52. Los lanzadores de mejor desempeño en esa primera temporada luego de la agencia libre, según las WAR: Kevin Brown: 6.8, Cliff Lee: 6.6 y CC Sabathia: 6.4. Los que inmediatamente se convirtieron en calabaza del grupo: Mike Hampton: 2.9 y Barry Zito: 1.7. En la segunda temporada después del gran contrato el desempeño promedio del grupo sigue declinando, esta vez a 3.3 WAR, 182 entradas lanzadas y 3.89 de efectividad. De aquellos que califican para una segunda temporada, nuevamente Kevin Brown tuvo el mejor desempeño con 6.2 WAR, seguido de Sabathia con 5.2. Hampton y Zito vuelven a dividirse el privilegio de ser los fiascos del grupo con 1.3 y 1.4 WAR respectivamente.
Seis lanzadores califican para una tercera temporada post-firma, y esta vez recuperan levemente algo de valor, pero apenas a 3.5 WAR promedio entre todos, pero los innings siguen retrocediendo a 177.2 y la efectividad mejora a 3.33  Sabathia, con 7.1 WAR en su tercer año de contrato fácilmente se lleva los lauros como el más productivo. Al cuarto año es que empieza a verse el desastre, y recuerden que los contratos menos extensos de todos estos fueron de cinco años. Un total de cinco lanzadores califican a una cuarta temporada. El valor promedio en WAR es de apenas 1.1. Las lesiones comienzan a jugar un papel importante desde este momento, y las estradas lanzadas se reducen drásticamente a 115.2 y la efectividad a 4.24.
Para el quinto año post-contrato califican cinco, y otra excelente temporada de Kevin Brown, nuevamente saludable y contribuyendo 6.0 WAR, salva el grupo del desastre total, pues el promedio fue de 1.8 WAR para todos, 109 entradas y 3.46 de efectividad. Al sexto año Brown, Zito y Hampton promedian 0.8 WAR, y en realidad es todo gracias a las 2.5 de Brown, porque Hampton perdió la temporada lesionado y Zito estuvo tan mal que su contribución fue negativa. Las entradas lanzadas promedio ahora son 79. Finalmente Brown y Hampton son los únicos en llegar a un séptimo y octavo año de contrato, en el séptimo del mismo Hampton perdió la temporada completa y Brown lanzó 73 entradas con PCL de 6.50. Mike Hampton, en su octavo año de contrato lanzó 78 entradas con un PCL de 4.85. Por todo lo que hemos visto, si acaso nos pueden servir de ejemplo y herramienta de evaluación los contratos a lanzadores, por cerca o más de cien millones de dólares, la conclusión es que hasta ahora no han dado resultados positivos para los equipos que los otorgan.  Claro, hombres como Lee y Sabathia pudieran mantener su valor bien profundo dentro de los mismos, pero como sirven de ejemplo Brown y Santana, la posibilidad de una lesión también puede echar a perder buenos lanzadores.
La decisión es difícil para Filadelfia, cuyas alternativas son pocas, pero la cruda verdad estimados amigos, es que este tipo de contratos a un lanzador no son nada aconsejables. 

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